Por Elena Rodríguez

Puede verse muy natural el que una persona pose su mirada en otro lado mientras conversa con una persona, sin embargo no lo es, porque puede llevarnos a malinterpretaciones que no corresponden.

Socialmente los seres humanos criticamos las cosas por naturaleza y una de estas es el

¿Por qué evadimos la mirada cuando conversamos con alguien?

Dentro de lo natural de nuestro entorno nos encontramos con situaciones que pueden ponernos “en jaque” en nuestro diario vivir, el evadir una mirada no es más que un mero impulso nervioso, ya sea el cohíbirse momentáneamente por el interlocutor, la tímidez de una persona, la fuerza que pueda tener cierta mirada sobre nosotros cuando conversamos o en el caso más común que no puedas ver a la persona que te gusta en los ojos porque te intimida debido al sentimiento que existe de por medio.

Muchos otros factores se derivan como la distracción que puede existir en el entorno mientras se produce una conversación, el que una persona de repente desvíe su mirada no siempre va a ser indicador de que le gustes o que se sienta cohíbido, también existe la distracción ya sea cuando ves a alguien pasar y volteas a verlo (a), que es lo que ocurre en un salón de clases cuando el maestro explica algo, alguien pasa caminando y algunos ojos voltean a verle, es tan normal como distraerse cuando dos personas le hablan al mismo tiempo.

De una encuesta realizada a 50 personas de entre 18 y 25 años, 27 personas respondieron que evaden la mirada de una persona por timidez, 14 por que argumentan que la mirada de su interlocutor puede ser muy fuerte y los cohíbe y 9 dijeron que lo atribuyen a que les puede llamar la atención la persona con la que sostienen una conversación.

Sin embargo podemos ver como se dejaron de lado los factores de distracción, tomando en cuenta que es más amplio el rango de tímidez que existe por evasión que por mera distracción, dejándonos como conclusión que existen diferentes razones por las cuales una persona no puede sostenerte la mirada, realmente no tenemos que saltar a conclusiones precipitadas sin antes analizar el entorno mientras la conversación ocurre.